S10-08 ONLINE
La seducción de lo virtual y el simulacroLa seducción de lo virtual y el simulacro
Dr. José Carlos Ruiz Sánchez (Universidad de Córdoba)
Introducción
Durante las últimas décadas, estamos asistiendo a un aumento de consumo de horas de pantalla que viene condicionado, a su vez, por el incremento de pantallas, llegando a producirse una sociedad que Lipovetsky ha denominado de la Omnipantalla. Este incremento se ha producido a una velocidad endiablada, generando un proceso de virtualización de la vida real sin parangón alguno. La imagen-pantalla está adquiriendo un peso ontológico de primer orden hasta el extremo de seducir la identidad real de un sujeto que, por primera vez en la historia, otorga una credibilidad amplia a todo contenido emitido tras la pantalla, independientemente del sector al que se refiere. El simulacro de realidad que presenta la pantalla alcanza tal grado de seducción que anula la capacidad de pensamiento crítico por parte del sujeto.
Desde esta ponencia trataremos de analizar cómo se han ido produciendo estos procesos de seducción de lo virtual hacia la vida real que generan mecanismos de seducción diversos. Analizaremos la variación de los criterios de atención que han pasado de controlar los procesos de seducción, a que la propia seducción sea la encargada de moldear y condicionar los nuevos criterios atencionales. Para eso usaremos una metodología hermenéutica. Trataremos de comprender, usando la teoría del simulacro de Foucault, cómo se ha producido este proceso y qué consecuencias está provocando de cara a la formación de la identidad.
Palabras clave: Pantalla, imagen, sujeto, seducción, identidad.
Keywords: Screen, image, subject, seduction, identity.
Documentación ONLINE
Firmantes
Nombre | Adscripcion | Procedencia |
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José Carlos Ruiz Sánchez | Universidad de Córdoba | España |
Muy interesante y completamente de actualidad. No puedo evitar aplicar algunas de tus palabras al perfil de los llamados "influencers" ¿Qué posición te merecen dentro de todos estos dispositivos de seducción a través de la pantalla? Saludos.
Hola, José Carlos. Muchas gracias por esta interesante intervención. Mi pregunta se enfoca hacia el continente y esa pantalla estilizada que seduce al sujeto. Últimamente, quizás no tanto en pantallas de televisión y ordenador, pero sí en los teléfonos móviles, encuentro que estos aumentan progresivamente de tamaño y, en consecuencia, aumenta también el tamaño de esa pantalla. Incluso algunos de los nuevos modelos ofrecen la posibilidad de plegarse y me recuerdan a aquellos antiguos móviles "de tapa" que eran frecuentes antes del nacimiento de los smartphones. Mi duda es si, de la misma manera que la pantalla se estiliza y embellece para seducir al individuo, el retorno a antiguos continentes que apelan a la nostalgia y a cierto fetiche por lo "vintage" o lo "retro" podría llegar a seducir a un tipo de consumidor determinado (a pesar de que estos se arriesguen a volverse menos sofisticados y manejables). Un saludo y muchas gracias de nuevo.
Gracias por el comentario Valentina, la realidad sigue teniendo vigencia bajo mi punto de vista, pero es cierto que el ámbito de contaminación de lo virtual crece por momentos. El problema está en cómo el sujeto se construye su identidad de manera singular y no imitativa. Pero ese es asunto para otra ponencia. Un saludo
Enhorabuena José Carlos, tu ponencia me hace reflexionar sobre el simulacro, entendiendo que no constituye el resultado de la imitación de la realidad, sino que aniquila cualquier referencia a la realidad y será esta nueva "realidad de pantallas" la que nos seduzca y nos cambie nuestra visión del mundo. Y esta reflexión me lleva a preguntarte si lo hiperreal está en contraposición con lo real. ¿Consideras que la realidad es una forma vacía, que ha dejado de existir y el ser humano está bajo la influencia de demasiada realidad y por tanto sin libertad para la seducción? Muchas Gracias, una magnifica visión de las pantallas y de la seducción.
Gracias por la aportación Yolanda, no la conocía y es muy enriquecedora. Creo que existe un paralelismo, como bien señalas, entre ambos imaginarios de la lectura y de la virtualidad, pero creo que el Simulacro de lo Virtual posee una carga ontológica más potente de cara a condicionar los canales perceptivos e imaginativos del sujeto. Entre otras cosas porque la imagen y el soporte determinan una "visión del mundo" concreta y objetivada. Con respecto a tu segunda cuestión, yo creo que más que cómplices somos productos. El salto de una categoría de ciudadano a una categoría de consumidor se ha producido en paralelo a la percepción que el mercado tiene de nosotros como productos de consumo por medio del marketing y los procesos de seducción. Nuestros meta-datos ponen de manifiesto esa imagen en torno a un sujeto que produce unos contenido en modo información y que se percibe como objeto de consumo. De este modo la dialéctica complice-inocente se traspasaría hacia la de conectado-desconectado. Pero este es un tema que daría para varias tesis doctorales. Un abrazo.
Estupendo, José Carlos. Muchas gracias por provocar este baile de neuronas. Querría preguntarte una cuestión relativa a ese concepto de simulacro y la confrontación entre lo real y lo virtual. La escritora Mikita Brottman afirmaba en el ensayo "Contra la lectura" (disculpa que copie aquí su reflexión): "¿Por qué favorecemos el mundo del cuerpo sobre los modos incorpóreos de la experiencia: sueños, recuerdos, fantasías, películas o historias que 'solo' hemos vivido en nuestra imaginación? Si podemos ver, tocar, oler o escuchar algo, ¿eso lo hace más 'real' que si 'simplemente' lo soñamos? Si no podemos separar la realidad de los recuerdos, la fantasía, los sueños, las historias, ¿eso nos convierte en locos? Ponemos en un lugar de privilegio la información procedente de los sentidos al creer que la 'realidad externa' es de un orden superior a la imaginación, pero tal vez vivamos engañados por sus vividas reacciones, por la necesidad de una realidad consensuada que sea sólida y estable, y que podamos compartir con los demás..." La suya era una exaltación del enriquecimiento desde nuestra propia condición como lectores pero, ¿ese simulacro del mundo virtual tendría algún paralelismo con el creado a través del imaginario de un lector? ¿O la propia condición de macroestructura elimina cualquier similitud? Y segunda: En este universo multipantalla realizamos nuestras elecciones de consumo a partir de nuestras propias ideas y sensaciones, si somos conscientes de ello ¿hasta que punto seremos cómplices?